Evaluación del Desarrollo y la Calidad Nutricional de Halófitas Cultivadas con Aguas Salinas de Diferentes Sistemas AcuícolasAutora: Larissa Midori Konishi Britz (Currículo Lattes)
Director: Dr. Cesar Serra Bonifácio Costa
Resumen
Además de poder aumentar la seguridad alimentaria e hídrica, la producción de vegetales a partir del aprovechamiento de fuentes nutritivas como aguas salinas de sistemas acuícolas representa una alternativa sostenible y capaz de generar ingresos adicionales para el productor. Para esta producción vegetal con aguas salinas son necesarias las halófitas, plantas adaptadas a altas concentraciones de iones Na⁺ y Cl⁻. Esta investigación evaluó la producción y la calidad nutricional de las halófitas Apium graveolens (var. Tall Utah) (comúnmente conocida como apio) y Salicornia neei (progenie BTH2) (espárrago marino) en diferentes condiciones de cultivo salino. En primer lugar, ambas halófitas crecieron en acuaponía (hidroponía con aguas de sistemas acuícolas) integrada al cultivo del pez costero miragaia (Pogonias courbina) en condiciones de aguas claras y utilizando Tecnología de Bioflóculos (BFT), esta última caracterizada por altos niveles de sólidos suspendidos totales (SST) y cultivo consecuente en “flocponía”. Adicionalmente, se cultivaron plantas de A. graveolens y S. neei en canteros con diferentes densidades de plantación, irrigados con aguas salinas provenientes de un cultivo extensivo del camarón blanco del Pacífico (Penaeus vannamei). El primer experimento se llevó a cabo en balsas flotantes dentro de tanques de cultivo de juveniles de miragaia con dos tratamientos: en sistema BFT y en aguas claras (ambos con salinidad de 10 g L⁻¹ y en triplicado). Después de ocho semanas, se recolectó el apio y sus pesos promedio de tallos fueron de 22,30 ± 0,85 g y 0,83 ± 0,06 g, respectivamente, en acuaponía con y sin bioflóculos. El rendimiento del espárrago marino se evaluó mediante poda de nivelación y cuantificación del rebrote de sus tallos. Después de seis semanas, los pesos promedio de tallos fueron de 45,94 ± 2,04 g y 8,35 ± 0,42 g, respectivamente, en acuaponía con y sin bioflóculos. Salicornia neei (0,64 kg m⁻² cada 30 días) y A. graveolens (0,23 kg m⁻² cada 30 días) también alcanzaron mayores productividades promedio de biomasa de tallos en balsas flotantes en el sistema BFT. No hubo diferencias en el crecimiento de los alevinos de P. courbina entre los tratamientos. El segundo experimento se realizó en canteros con Planosol háplico eutrófico solódico e irrigación superficial (420 L día⁻¹, salinidad media de 21,9 ± 0,8 g L⁻¹), con tratamientos de densidad de plantación de 13 y 25 ind. m⁻². Todas las plantas de A. graveolens murieron después de tres semanas del trasplante. La biomasa promedio producida de tallos de S. neei, rebrotados después de 28 días de una poda de nivelación, fue de 0,85 kg m⁻², sin diferencias significativas entre las densidades de plantación. Sin embargo, se observaron mejores parámetros agronómicos (biomasa individual de tallos y número de ramas con longitud >10 cm) en la densidad de plantación más baja y en suelos más húmedos en la parte más baja del terreno de cultivo. Salicornia neei demostró ser una buena alternativa para la producción acuapónica de biomasa vegetal en balsas flotantes acopladas al cultivo de miragaia en sistemas BFT, así como para suelos irrigados con aguas salinas de la camaronicultura extensiva. Apium graveolens mostró buen crecimiento y productividad en aguas de sistemas BFT con salinidad de 10 g L⁻¹, pero no logró desarrollarse en suelos más salinos (≈ 20 g L⁻¹) y con altas temperaturas estivales en el sur de Brasil (promedio de 25 ºC). Los contenidos de humedad, lípidos, proteínas y minerales en los tallos de las halófitas fueron poco influenciados por las condiciones de cultivo acuapónico (agua clara vs. bioflóculos). Los valores promedio de cenizas y proteína bruta en los tallos de S. neei fueron más elevados en plantas cultivadas en campo que en acuaponía, lo cual podría estar relacionado con la mayor salinidad del experimento de campo.